El presente blogg tienen la finalidad de recopilar fotografías y actividades realizadas por los alumnos del Instituto Renovación Educativa que cursan sexto grado "B". Además de brindar una herramienta más en el uso de las TIC´S.
martes, 30 de agosto de 2016
lunes, 29 de agosto de 2016
domingo, 28 de agosto de 2016
jueves, 25 de agosto de 2016
EL VIAJE: Alexa Ferreiro
El viaje
Había una vez en un pueblo pequeño de México una jovencita de 18 años llamada Cristina. Ella tenía el
gran sueño de viajar por el mundo, sin embargo, había un gran inconveniente para
llevar su sueño a la realidad: no tenía el dinero suficiente para hacerlo. Ilusionada
por conocer el maravilloso planeta Tierra, comenzó a buscar empleo en todas las
tiendas de autoservicio de la comunidad con la finalidad de ganar dinero y ahorrar. Después de días de
búsqueda, logró conseguir dos valiosos empleos de medio tiempo, el cual le
daba esperanzas de poder salir y
explorar otros lugares que no fuesen su pueblo natal. Luego de algunas semanas,
se dio cuenta que no le pagaban lo justo
por la labor que desempeñaba, por lo cual se decidió hablar con sus jefes, y ellos le respondieron:
Don Amaro: – Tienes que dar lo mejor de
ti misma y ganarte el aumento de sueldo-. Doña Francisca dijo: – Te contraté
sólo por apoyarte, sin embargo, no cuento con el capital suficiente para pagar
la nómina de todos mis empleados, olvídate
del aumento-. Con las ilusiones por los suelos, y aún, sin la posibilidad de
cumplir su sueño, Cristina decidió renunciar a sus empleos y tristemente se fue
a casa.
A
la mañana del día siguiente, despertó con una gran depresión, sin ánimos de
hacer nada, ni siquiera de salir de su habitación. Al darle hambre salió de su
cama, al caminar rumbo a la cocina se
tropezó con una pequeña caja color rojo, ella estaba sorprendida porque
nunca la había visto, ni siquiera sabía que existía. Fue tanta su sorpresa y la
inquietud de saber lo que esa cajita contenía que decidió abrirla y ¡Oh
sorpresa!. La caja roja contenía algo que ella anhelaba con gran desesperación,
¡Dinero! - Si, dinero, gritó con gran emoción-. Al llegar a la cocina, abrió el
refrigerador y se percató que estaba vacío, que su familia estaba pasando por
una situación económica terrible y ella queriendo malgastar el dinero en el
cumplimiento de un sueño que seguramente era imposible de lograr, por lo que
quiso hacer lo correcto y utilizar el dinero en algo provechoso. Fue al supermercado
y compró comida suficiente para alimentarse ella y su familia por un mes
completo. Al regresar a su casa estaba hambrienta y se preparó una deliciosa carne
asada. Al terminar de comer alguien sonó el timbre de la puerta, de
inmediato acudió a abrir y gritó ¡Wow! -¿Qué hace un oso panda en mi casa?.
Extraña con la situación lo invitó a pasar a casa, emocionada con la idea de
tener de mascota a un extraño animal que provenía del bosque de China. Días después,
sin que nadie reclamara al panda y de pasar momentos maravillosos con él lo
nombró, Polo.
Cristina
sabía que estando en casa disfrutando con Polo, no podría ahorrar dinero para
emprender su primer viaje, por lo que se propuso a buscar empleo de nueva
cuenta, en el cual se le pagara lo justo por su quehacer en trabajo de horario
completo. Con poca dificultad de búsqueda, le dieron empleo en la tiendita de
la esquina. Su labor sería, acomodar los artículos y productos para su exhibición, además de la atención al cliente. El sueldo ofrecido cubriría sus necesidades de
alimentación y vivienda básica, así como, hacer una alcancía para recaudar
dinero.
Pasó
la primera quincena de trabajo, Cristina estaba feliz y emocionada por su
primer pago, además de que ese empleo la hacía sentir con plenitud y ganas de
vivir. Al llegar a su casa, se encontró con un desconcierto; Polo destrozó su
relajante sillón, ese que amaba tanto, en el que se dormía soñando que
se encontraba en Corea del Norte y disfrutaba de los bellos paisajes, de su gente,
de su música… Ese sillón era demasiado significativo; era en el que tenía total
descanso, sin duda, lo amaba. De inmediato ingresó a internet y buscó una alternativa
para comprar un nuevo sillón. Navegó por diversas páginas de la web hasta
encontrar el ideal. Lo añadió a su carrito de compras y lo pagó con su tarjeta
de nómina, a pesar de que estaba consciente de que durante los próximos 15 días
debía comer puro espagueti y no
gastar tanto en comida.
Pasaron
los años y Cristina seguía en la misma situación: trabajo, casa, ahorros y
Polo. Un día paseando con Polo en el parque, se encontró a unas personas
molestas porque el área de juegos estaba dañada y fuera de servicio,
amablemente ella los invitó a reunirse al día siguiente y trabajar en la reparación de los columpios,
resbaladillas y juegos que se encontraban dañados. Los padres de familia del
vecindario aceptaron e hicieron la labor pertinente. Al final, reconocieron la
gran creatividad y apoyo brindado por la jovencita. Los vecinos le ofrecieron como
recompensa concederle un deseo. Obviamente sus aladinos financiaron un paseo
para ella y Polo por la muralla China en el continente asiático. Finalmente,
después de tanto esperar, Cristina puedo hacer su sueño realidad y regresó a su
casa en un taxi amarillo, de la alegría gritó: -¡Lo logré!
FIN Alexa
Ferreiro
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